¿Cuándo apalancarse en lo existente?
Un primer criterio que conviene considerar es el grado de innovación de nuestro negocio. La pregunta clave es: ¿alguien ha hecho esto antes?
Si la respuesta es sí, y además ya existen varios players posicionados en el mercado, lo más probable es que haya productos o servicios que ofrezcan soluciones “out of the box” listas para usar. Estas opciones permiten empezar a traccionar rápidamente y obtener una primera respuesta de usuarios reales.
En este escenario, la decisión parece clara: apalancarse en un producto existente permite ganar velocidad de lanzamiento, reducir costes de desarrollo y validar el mercado cuanto antes. Pero este enfoque también tiene riesgos importantes:
La empresa pasa a depender del roadmap del proveedor y de sus limitaciones de integración.
Las opciones de personalización suelen ser reducidas.
Lo que al inicio parece barato puede convertirse en una carga a medida que el negocio crece, con planes enterprise costosos o integraciones adicionales necesarias.
Por tanto, conviene evaluar no solo el coste inicial, sino también el coste total de propiedad (TCO) a medio y largo plazo.
Pero, ¿qué ocurre si no es así?
Si los productos disponibles en el mercado no cubren nuestra propuesta de valor, resultan demasiado limitados o implican costes excesivos, la siguiente opción es desarrollar nuestra propia tecnología. Esta vía supone una inversión significativa de tiempo y dinero, pero ofrece ventajas claras:
Control total sobre el roadmap.
Flexibilidad para diseñar un producto alineado con la propuesta de valor.
Diferenciación difícil de alcanzar con soluciones genéricas.
Ahora bien, este enfoque también tiene sus propios riesgos:
Construir desde cero puede disparar el burn rate de la compañía.
Sin un equipo técnico sólido y metodologías rigurosas, se corre el riesgo de acumular deuda técnica, ralentizar el desarrollo o comprometer la calidad del producto.
Los retrasos en el roadmap son frecuentes y pueden convertirse en un obstáculo para validar el mercado a tiempo.
La decisión, entonces, no se limita a “comprar o construir”, sino a analizar con criterio cuál es la mejor opción según el modelo de negocio y la etapa en la que se encuentra. Factores como el time-to-market, el time-to-scale, el coste total de propiedad, el riesgo de lock-in tecnológico y el nivel de diferenciación estratégica deben estar sobre la mesa antes de decidir.
Entonces, ¿cómo tomar la decisión con cabeza?
En definitiva, es fundamental tener en cuenta los siguientes factores a la hora de decidir si apalancarse en una tecnología existente o desarrollar una propia:
Time-to-market (velocidad de salida al mercado)
Si tu objetivo es validar rápido con un MVP, apalancarse en soluciones ya disponibles puede ser la mejor opción. Una startup SaaS que busca probar demanda, por ejemplo, puede lanzar en semanas usando herramientas como Auth0 para login o Stripe para pagos, en lugar de construir todo desde cero.Time-to-scale (capacidad de crecimiento sin fricción)
No basta con salir rápido: también hay que pensar en cómo crecer sin tropezar con limitaciones técnicas. Un e-commerce que pasa de 1.000 a 100.000 pedidos mensuales puede verse obligado a migrar pronto si empezó con un CMS demasiado básico y poco escalable.Coste total de propiedad (TCO)
El coste inicial nunca cuenta toda la historia; hay que considerar licencias, integraciones, soporte y mantenimiento a largo plazo. Una app que comienza pagando 50 €/mes por un plan “starter” puede encontrarse, al crecer, con facturas de 3.000 €/mes y la necesidad de contratar ingenieros adicionales para integraciones.Riesgo de lock-in tecnológico
Depender en exceso de un proveedor puede salir caro cuando quieres migrar o cambiar de estrategia. Una fintech que confía en un servicio de KYC con API propietaria puede enfrentarse a retrasos y altos costes al intentar cambiarlo más adelante.Nivel de diferenciación estratégica
No todas las tecnologías aportan la misma ventaja competitiva. Si tu propuesta de valor se basa en un algoritmo propio de recomendación, construirlo internamente es clave; en cambio, si solo necesitas un CRM básico, lo más eficiente suele ser apalancarse en una solución existente.
Aunque todo esto pueda parecer abrumador, una buena estrategia puede marcar la diferencia en el éxito de tu producto digital. Para aterrizarlo en la práctica, aquí tienes una checklist rápida para decidir:
Define tu MVP: las 3 funcionalidades mínimas que validan tu propuesta de valor.
Haz una matriz build vs buy con: coste inicial, TCO a 3 años, riesgo de lock-in, tiempo al mercado e impacto en diferenciación.
Valida con los proveedores sus SLAs, APIs y opciones de exportación de datos.
Diseña una estrategia híbrida: apaláncate en lo que acelere y construye lo que te diferencia.
Revisa la decisión cada 3–6 meses según métricas reales de adopción, churn y costes.
CONCLUSIÓN
El modelo de negocio como brújula en la decisión tecnológica
En QSVentures creemos que la tecnología nunca puede evaluarse en abstracto. La elección entre apalancarse en lo existente o desarrollar desde cero depende siempre del modelo de negocio, de la propuesta de valor y de los objetivos de crecimiento. Por eso acompañamos a nuestros clientes no solo en la elección, sino también en la ejecución: construyendo soluciones escalables, de calidad y pensadas para evolucionar con el tiempo.
Porque al final, lo que marca la diferencia no es la rapidez en lanzar, sino la solidez con la que se construye para crecer.
¿Quieres construir algo nuevo? Hagámoslo juntos.

Pablo Morán
CTO at Qs Ventures
Ha desarrollado software durante más de ocho años en empresas de consultoría, producto propio y startups Diseña e implementa sistemas en Web, Cloud y Mobile, garantizando la calidad y escalabilidad del producto.